El ministro de Justicia de Santa Fe cuestionó la decisión del juez penal Benjamín Revori de otorgarle la libertad condicional a la banda de los $1000 millones.
En la jornada de hoy, el ministro de Justicia de Santa fe, Ricardo Silberstein, criticó la decisión del juez penal Benjamin Revori, quien decidió otorgarles la libertad condicional a los acusados de apropiarse de 32 inmuebles rurales y urbanos en el sur de la provincia.
El funcionario dejó en claro que “hace muchos años una de las juezas que había comenzado a investigar particularmente la banda que operaba en el Chaco, fue sometida a juicios, denuncias y persecuciones por parte de la propia estructura para que dimensionemos la gravedad y la capacidad de acción que tienen estas organizaciones criminales”.
“Esta organización cuenta con abogados, contadores y escribanos que a veces tienen la complicidad de funcionarios dentro de los propios registros, no son organizaciones que operan de manera sencilla”, explicó el titular de la cartera de Justicia.
Al mismo tempo cuestión la decisión que tomó el magistrado Revori y dijo que “los fallos de los jueces son actos políticos y públicos, no partidarios, pero sí de comunicación simbólica a la sociedad. Las personas pueden ver que determinados casos donde hay bandas criminales que cometen estos tipos de delitos, donde se prueba que tratan de parar las causas, tienen un trato de tipo privilegiado”.
“Les estamos dando pasto a aquellos que plantean que el sistema penal solamente agarra a los más pobres, realmente cuando hay estructuras de poder y particularmente donde hay abogados, escribanos, la justicia es totalmente benévola”, enfatizó Silberstein.
Por otro lado, el funcionario expresó que “a la sociedad se le está ratificando lo que dice Cambalache, ‘el que no llora no mama y el que no roba es un gil’. Parecería que aquellos que han cometido estafas por mil millones de pesos tendrían tratos diferentes de aquellas personas que cometen actos torpes”, argumentó.
Finalmente, el ministro de Justicia explicó que “la persona individual tiene mucho menos capacidad para poder alterar e incidir en el desarrollo de un proceso, pero una organización criminal donde hay 30 o 40 personas que están actuando con una alta capacidad intelectual y económica, es muy difícil”.
«Es la estafa más grande que se ha cometido en la provincia»