Infancia: Qué hay detrás de la red

Los denominados “nativos digitales” deben ser conscientes del respeto por su privacidad y los riesgos que pueden correr al compartir información a través de internet y las redes sociales. Unicef haca hincapié en rol de los adultos.

Al cumplirse 30 de la Convención de los Derechos del Niño, Unicef dio a conocer un estudio sobre la relación que mantienen las infancias con Internet y las redes sociales. Si bien se detallas los beneficios de las Tecnologías de la Información (TIC), se observa la vulnerabilidad a la que se exponen niños, niñas y adolescentes. Denominados ya como “nativos digitales”, chicos y chicas “tienen los más modernos dispositivos al alcance de la mano y los usan a cada momento. Aprenden viendo tutoriales, buscan la información que requieren en la web, hacen las tareas vía mensajería instantánea o investigan temáticas a través de foros”.

Por esa razón es imprescindible detener la mirada en los datos personales y la privacidad. En efecto, Unicef indica que “muchos/as, si no la mayoría de los niños y niñas menores de 13, no tienen la madurez necesaria para dar consentimiento informado en cuanto al tratamiento de sus datos personales. En virtud de la Convención de Derechos del Niño, la madurez es progresiva y difiere de unos niños y niñas a otros”.

Privacidad

Asimismo, “los adolescentes y los niños y niñas no comprenden fácilmente qué significa permitir cookies o entregar datos personales. Las políticas de privacidad y los términos de servicio son a menudo escritos en un lenguaje difícil y parece que no hay otra opción que entregar los datos personales para poder usar el servicio”. A ello se añade, el uso de técnicas como solicitudes de fotografías y acceso a cámaras web. “Los niños y niñas, por su falta de experiencia y madurez, no comprenden las consecuencias que esto puede tener una vez que circulan en la red”, destaca el documento.

Entre la información que se subraya, se sabe que “los menores de 12 años no saben manejar bien los filtros de seguridad o configurar la privacidad, quedando más expuestos; mientras que los de 12 a 14 años manejan mejor las descargas de aplicaciones y el uso de contraseñas. Por su parte, los adolescentes de 15 a 17 consiguen más a menudo entender y gestionar correctamente los filtros y bloqueo de sitios no recomendados para su edad y pueden escoger mejor las palabras para buscar algo en internet”.

En este contexto, la Oficina de Investigaciones de UNICEF relevo que niños, niñas y adultos de diversas partes del mundo realizan un uso moderado de la tecnología digital, lo cual no guarda un efecto negativo en su bienestar mental. Sin embargo, se recomienda no concentrarse solo en el tiempo que los chicos y chicas pasan en línea. “El tipo de actividades que realizan cuando están conectados también tiene una gran influencia: los contenidos que encuentran o buscan, las actividades o juegos en los que participan son claves. Es necesario procurar un ambiente familiar positivo, relaciones sociales y condiciones escolares adecuadas”, sugieren.

En tal sentido, Unicef hace hincapié en que “es importante que los padres, los responsables de la toma de decisiones, los investigadores y los medios de comunicación no lleguen a conclusiones sobre lo que es un uso digital sano o perjudicial”; vale decir, “tener en cuenta el panorama completo de la vida de un niño o niña”.

El informe expone un glosario útil tanto para chicos como para grandes. Aquí, algunos de los términos más relevantes para tener en cuenta:

Ciberacoso: es cuando un niño, niña o adolescente es atormentado, amenazado, acosado, humillado o avergonzado por un adulto por medio de internet, medios interactivos, tecnologías digitales o teléfonos móviles.

Ciberbullying: es cuando un niño, niña o adolescente es atormentado, amenazado, acosado, humillado o avergonzado por otro niño, niña o adolescente por medio de internet, medios interactivos, tecnologías digitales o teléfonos móviles.

Sexting: (contracción de sex y texting) es un término que se refiere al envío de contenidos eróticos o pornográficos por medio de teléfonos móviles. Comenzó haciendo referencia al envío de mensajes de texto (o SMS) de naturaleza sexual.

Grooming: se llama así a la conducta de una persona adulta que realiza acciones deliberadas para establecer lazos de amistad con un niño o niña en internet con el objetivo de obtener una satisfacción sexual mediante imágenes eróticas o pornográficas del niño o, incluso, como preparación para un encuentro.

Adultos

Lo que se desprende de este cuadro de situación no es otra cosa que pensar ¿qué pueden hacer los padres y madres? “Tanto niños como niñas, y sobre todo adolescentes, van a asumir riesgos en la red. Mientras antes hablemos con ellos sobre todo lo que están viviendo, mejor. Necesitamos promover espacios de diálogo y reflexión, sin generar angustias o miedo. No debemos alarmarnos y debemos informarnos”, remarcan. A lo que se agrega el “educar con el ejemplo”. “El comportamiento de los padres respecto de sus propios dispositivos electrónicos se transforma en un modelo para sus hijos/as. Tanto el tiempo que pasamos conectados, como los contenidos y el uso que hacemos de ellos, será un ejemplo que niños, niñas y adolescentes imitarán respecto de sus propios comportamientos y usos en línea”.

Es fundamental que los chicos y chicas sean conscientes de que “el contenido que ponen, al igual que los mensajes sexuales y el intercambio de imágenes sexualmente explícitas, los expone al riesgo de extorsión y puede terminar siendo intercambiado por extraños en línea”. Dicho en otras palabras, “necesitan que se les enseñe cómo controlar su configuración de privacidad para proteger su información personal”.

 

(Fuente: Rueda de Prensa)

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