Créditos a los sectores vulnerables: ¿Un salvavidas o un ancla?

La Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM) advierte que las actuales condiciones de acceso al crédito no solo no alivian la situación de los sectores más vulnerables, sino que la agravan. “Los impuestos asociados a los créditos personales intensifican las dificultades de quienes ya están en desventaja económica”, afirman.

En un contexto económico donde los sectores de menores ingresos enfrentan crecientes dificultades, los créditos personales suelen percibirse como una solución ante emergencias o para la adquisición de bienes básicos como alimentos o electrodomésticos. Sin embargo, las excesivas cargas impositivas y financieras convierten esta herramienta en un verdadero “salvavidas de plomo”.

La trampa fiscal detrás de los créditos

El costo real de un crédito personal excede ampliamente el monto principal y la tasa de interés anunciada. Esto se debe a una estructura fiscal que encarece significativamente las cuotas. Entre las principales cargas impositivas se destacan:

  1. IVA sobre los intereses: el 21% de los intereses se destina directamente al Impuesto al Valor Agregado (IVA).
  2. Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios: grava tanto la acreditación del préstamo como el pago de cada cuota, con una alícuota del 1,2% por cada operación.
  3. Ingresos Brutos provinciales: en Buenos Aires, por ejemplo, estos alcanzan el 9% sobre las cuotas, mientras que en otras provincias pueden variar.
  4. Retenciones de Ganancias: dependiendo de los ingresos, las personas físicas enfrentan retenciones de entre el 5% y el 35%.
  5. Tasas municipales: aunque en la Ciudad de Buenos Aires no se gravan, a nivel nacional su promedio ronda el 5%.

A su vez, los productos o servicios adquiridos con estos créditos también están gravados fuertemente. Según un informe de CADAM, de cada $1.000 gastados, $490 corresponden a impuestos. Esto significa que casi la mitad del crédito se destina al sistema fiscal, reduciendo significativamente su capacidad de consumo real.

“Este modelo impositivo y financiero no solo castiga el consumo, sino que perpetúa la exclusión económica y dificulta la recuperación de los sectores más vulnerables”, aseguran desde CADAM.

Por eso, el sector mayorista considera urgente un replanteo integral de la política fiscal. “Es imprescindible reducir la carga impositiva y establecer mayor coordinación entre provincias y municipios para aliviar la presión sobre las familias y fomentar la inclusión financiera”, sostienen.

Una oportunidad para un cambio estructural

La reciente implementación del nuevo Régimen de Transparencia Fiscal, vigente desde el 1 de enero, podría ser un punto de partida para un sistema tributario más equitativo, siempre que provincias y municipios adhieran y trabajen de manera coordinada. En este sentido, CADAM le envió cartas a los gobernadores pidiendo su adhesión.

“El acceso al crédito debería ser una herramienta para mejorar la calidad de vida de las personas, especialmente de quienes más lo necesitan, pero las actuales condiciones lo convierten en una carga insostenible para quienes ya están en situación límite”, indican desde CADAM. «Si no se adoptan medidas concretas, el crédito de emergencia seguirá siendo el ancla que hunde aún más a quienes intentan salir a flote», advierten.

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