Recomendaciones para prevenir picaduras de alacranes y golpes de calor

El área de Salud de la Municipalidad recuerda las medidas de higiene y algunas sugerencias sobre cómo actuar ante su proliferación. Además, qué hacer cuando las temperaturas son elevadas y no sufrir descompensaciones.

Los alacranes se encuentran durante todo el año, pero se registra un aumento en la estación veraniega, sobre todo durante las noches de mucho calor. Por eso, la Municipalidad recuerda las medidas de higiene y cuidado que debe tener en cuenta la población para prevenir las picaduras. Además, cómo evitar los golpes de calor y la deshidratación por las altas temperaturas.

En el caso de la picadura de un alacrán, desde el área de Salud y Promoción Comunitaria del municipio santafesino, se recomienda concurrir rápidamente al hospital más cercano para su atención y tratamiento, y en el caso de niños hacerlo al Hospital Dr. Orlando Alassia.

El peligro de su picadura proviene del veneno que deja cuando una persona contacta accidentalmente con uno de ellos y que, en los casos más extremos, puede ser de suma gravedad. Como produce intenso dolor, se puede colocar hielo en el sitio afectado para aliviar las molestias mientras se transporta a la persona. Si durante la consulta se detectan síntomas de gravedad, el paciente recibirá suero antiescorpiónico para neutralizar la toxina.

Recomendaciones

Para evitar la posibilidad de contacto con un alacrán es necesario mantener el hogar y alrededores libres de escombros, ladrillos, tejas, leña, maderas, lugares propicios para habitar; tapar las grietas u orificios de los revoques de las paredes, sobre todo si éstas son de ladrillo hueco; sellar las cámaras de las cloacas; colocar malla metálica en las rejillas de las casas y burletes debajo de las puertas; y utilizar insecticidas que sean inocuos para los humanos, animales y plantas.

Si se encuentra un alacrán en el hogar, dentro de los consejos que sugiere revisar la cama antes de acostarse y colocar cinta de embalar en las patas para evitar que suban. En este lugar es donde se produce el 30% de las picaduras. También se recomienda no dejar ropa en el suelo o sacudirla antes de utilizarla; y revisar los zapatos –especialmente los de los niños– antes de colocárselos, sino colocarlos dentro de una bolsa y simplemente cerrarla con un nudo.

Es necesario recordar que el alacrán es un animal de hábitos nocturnos que permanece oculto durante el día en el suelo o entre las cortezas de los árboles. Es frecuente encontrarlos en lugares habitados por el hombre, en sitios con maderas caídas, escombros, tejas, ladrillos (ámbito peridomiciliario) pero, también, dentro de las casas, en grietas de paredes, pisos, zócalos, huecos de revestimiento de maderas, en desagües que conectan con cloacas, habitaciones y depósitos sin aireación, detrás de cuadros, bajo los muebles o entre la ropas y los zapatos.

El director del área de Salud y Promoción Comunitaria, César Pauloni, aseguró que “los que mayores cuidados deben tener son las personas de los extremos de la vida: los niños y los adultos mayores, en los primeros es en los que se producen las mayores consecuencias en su salud, por eso ante una picadura se debe ir de manera inmediata a una Guardia pediátrica o al hospital de Niños”.

Cuáles son los síntomas

El dolor que se manifiesta en el sitio de la picadura es intenso y provoca una variedad de signos y síntomas locales y generales que se expresan con diferentes grados de severidad, entre ellos, palidez, náuseas, vómitos, salivación excesiva, piel de gallina y palpitaciones. La picadura, frecuentemente, sucede de noche. La población más afectada son los niños pequeños y la localización es en los miembros inferiores.

Asimismo, hay una serie de factores que determinan la evolución que dependen de la persona afectada: el peso, el estado nutricional, la presencia de enfermedades como asma, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, diabetes. En tanto, entre los factores que dependen de la especie de alacrán, se señalan el lugar del cuerpo y la cantidad de picaduras efectuadas, la cantidad de veneno inyectado y la época del año.

Golpe de calor y deshidratación

Un golpe de calor que sobreviene cuando el cuerpo no puede regular su temperatura, ésta se eleva rápidamente, los mecanismos para eliminar calor fallan y el cuerpo pierde la capacidad de enfriarse.

El golpe de calor y la deshidratación, que, si bien son dos cuestiones clínicas distintas, se dan en conjunto en una ciudad como Santa Fe con temperaturas muy elevadas. El cuerpo humano está compuesto por un 80% de agua, por eso es importante hidratarse tomando 2 litros de agua todos los días y cuidarse de la exposición solar. Estas son claves para prevenir enfermedades y mantener un buen estado de salud. Las mujeres embarazadas, los bebés, niños pequeños y las personas mayores de 65 años, pueden ser los más afectados por los golpes de calor en el verano.

Desde el área de Salud y Promoción Comunitaria municipal recuerdan no exponerse al sol directo durante las 10 y las 16 horas y de manera prolongada. Usar ropa clara y liviana, colocarse protector, permanecer en espacios ventilados o acondicionados y, sobre todo, evitar hacer ejercicio en la hora pico. Está totalmente desaconsejable hacer actividad física con una temperatura que exceda los 32 a 34 grados.

Es fundamental ingerir líquidos con mayor frecuencia, sobre todo, ante exposición al sol, prácticas de ejercicios o al realizar actividad física. Los ancianos y los niños son quienes más tienen que controlar sus niveles de hidratación durante la época estival porque ven alterado su mecanismo de sed. Los niños, porque no siempre piden bebidas cuando tienen sed. Y los ancianos, porque tienen menos agua corporal que en etapas anteriores.

Los síntomas son sensación de mareo, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, de estómago, debilidad, confusión, convulsiones y hasta se llega a perder la conciencia. Ante un golpe de calor, se debe posicionar boca arriba a la persona, en un sitio fresco, a la sombra y bien ventilado. Quitarle la ropa que no necesite y aflojarle la que le oprime. Colocar compresas de agua fría en la cabeza, la cara, el cuello, la nuca y el pecho e ir cambiándolas a medida que se calienten. En caso de que esté consciente, se le debe ofrecer líquidos (agua segura) o preferiblemente sueros de rehidratación oral o bebidas isotónicas. Si está en estado de inconciencia se debe consultar con un equipo de salud.

 

(Fuente:_ Prensa MSF)

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